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Avanzan las obras del Museo del Papa Luna
El equipo de arquitectos encargado de la rehabilitación de los bajos de la Iglesia Parroquial de Santa María, en los espacios de la antigua prisión, han iniciado las tareas de eliminación de humedades y el estudio de las patologías para restaurarlos y acondicionarlos como espacio museístico.
El Museo del Papa Luna, “en proyecto desde la pasada legislatura y un compromiso de Andrés Martínez con la cultura local” aseguraba la edila de Cultura, Amparo Bayarri, “avanza según lo previsto en esta primera fase que se completará a lo largo de esta anualidad”.
Durante los primeros trabajos, los arquitectos han podido comprobar que hay cuatro salas abovedadas anexas actualmente cegadas que podrían abrirse y restaurarse, “ampliando así el programa inicial del museo” aseguraba la concejala.
Una de estas dependencias fue ya abierta en las obras de la Luz de las imágenes en el año 2004, pero tras las obras se clausuró. “Queremos aprovechar al máximo los espacios que nos ofrecen las mazmorras de la Iglesia Parroquial” explicaba la edila, por lo que “seguiremos trabajando en la recuperación y adecuación de cada una de las salas para poder abrir al público el nuevo museo el año próximo”.
El alcalde de la ciudad, Andrés Martínez, en su visita a la obra junto con la concejala del área de cultura y el edil responsable del Casco Antiguo, Romualdo Forner, recordaba la importancia del patrimonio que albergará las salas ahora en adecuación, “las tres piezas del siglo XV de que disponemos deben disponer de un espacio a su altura y vamos a trabajar para que así sea”.
La Cruz Procesional de Benedicto XIII, de 1414, regalada al pontífice por el Consell Valencià y elaborada en los talleres de orfebrería de Sant Mateu, es una de las piezas clave de la futura exposición y, tal y como afirma Joan Baptista Simó, cronista oficial de la ciudad, “tiene un valor incalculable y un mérito artístico excepcional”. La colección de piezas de excepción se completa con el Cáliz del Papa Luna, que lleva el escudo pontificio y es de un estilo muy extendido por toda la antigua Corona de Aragón. Finalmente el Lignum Crucis del Papa de sucedió a Benedicto XIII, Clemente VIII, cerraría el triángulo de piezas de mayor valor.